9.6.15

[34] Hangout sobre Autoedición y encuentros de edición independiente. MUSAC.


Sesión OIL 1. 

Con motivo del proyecto comisariado por Ginés Martínez, Fuera de cobertura: una panorámica de la edición independiente en la península ibérica, tuve el placer de moderar una mesa redonda que fue emitida en directo desde el MUSAC y en la que participaron tres de los modelos más interesantes de estos momentos en cuanto a la gestión de festivales y encuentros de edición independiente.

Estos eran Tenderete, Feira Morta y Ladyfest. Tres ejemplos de gestión cultural ligada a la edición independiente, la autoedición y las prácticas do it yourself (DIY), con los que se pergeñó una visión o panorámica más amplia de un fenómeno en pleno apogeo en la actualidad.

Estos fueron algunos de los temas que se trataron: 

-¿Surgen o no estos proyectos como un lugar de resistencia?

-¿Ha podido detectarse, en los últimos años, una pérdida de estatuto en este tipo de prácticas, como subterfugio de creación o reducto punk? ¿Cuáles son, por ejemplo, los límites de un género como el fanzine en estos momentos, su utilidad y uso?

-¿Es, quizá, el ejercicio de estilo una práctica ahora generalizada en estos contextos?

-¿Cuáles son las coordenadas que articulan la celebración de cada uno de estos encuentros? ¿Qué valores son los que subyacen a cada nueva edición? 

-En un contexto de crisis como el actual, ¿es viable apostar por eventos de este tipo o, por el contrario, ha podido notarse algún incremento en la participación de autores, editores y público? 

-¿Puede ser el carácter singular, independiente e interesante (entendiendo aquí lo interesante como aquello que mueve a la reflexión y al cuestionamiento de ciertos límites en el arte) una forma distinta de calidad en las obras que se muestran en vuestros eventos? 

-Algunos autores y editores apuestan por una experiencia más orgánica de la creación. ¿Es así también en el contexto de estos festivales? ¿Es ése un aspecto que interviene en el carácter de vuestros festivales, la selección de materiales o de los artistas invitados? 

-Desde la experiencia y perspectiva de cada propuesta ¿sería ahora viable apostar por la autoedición y la creación independiente, además, sin mecenazgos o ayudas a la financiación de estos proyectos? ¿Qué soluciones se han barajado en los distintos momentos de vuestras respectivas trayectorias? 

-¿Cuál es el papel que tienen ciertos avances en tecnología o el uso de las redes sociales en la gestión de vuestros proyectos de edición independiente?

-Uno de los rasgos de la edición independiente, y de muchos proyectos autogestionados, es la falta de continuidad, aunque también se trate a veces de iniciativas que funcionan como antesala de proyectos más consolidados. ¿Cuál es vuestra experiencia en cuanto al tiempo de las publicaciones, los sellos de edición, etc., que pasan por vuestros respectivos encuentros?

-Quizá sea momento de ir desterrando ciertos tópicos, como los que ligan este fenómeno a un criterio juvenil y amateur, poco o nada profesionalizado. ¿Se ha producido un cambio de recepción para estas prácticas? ¿Y de su producción? ¿No resultan cada vez más profesionalizadas? 

-En los últimos años ha podido observarse una migración de ciertos aspectos ligados al contexto de la autoedición y la edición independiente a contextos por lo general ajenos a ello. ¿Es esto algo que anima a seguir adelante o, por el contrario, que puede ser visto como un signo de “fagocitación” o “intrusismo laboral”?

-Por último, ¿hay espacio aún para la contracultura? 


Estas fueron las cuestiones sobre las que se fue resolviendo, en forma de conversación, una imagen más definida y concreta de lo que son estos festivales y encuentros de edición independiente. Tres modelos cuya ética y estética dan lugar a una concepción más flexible, singular y compleja del legado cultural, que es la que define, además, el carácter de su propia forma de gestión.

Un carácter festivo, como lugar de encuentro y socialización, que no compite en ningún momento con la seriedad y profesionalidad con la que asumen sus respectivos contextos de (auto)gestión cultural. Seguramente, porque el éxito de sus propuestas radica esencialmente en el equilibrio entre estos dos aspectos, más un interés a menudo compartido: el de dar cabida a una forma diferente de entender la creación y, sobre todo, los procesos de acceso a los objetos de cultura. Y esto, hasta el punto de que sea, en muchos casos, a partir de estos modelos como pueden repensarse hoy en día posibles formas de regeneración para un modelo de mercado puesto entre las cuerdas.

No obstante, son estos aspectos los que parecen explicar la coordinación que puede darse en ocasiones entre algunos de estos festivales, como parte o nodo de esa red o estructura peninsular de festivales, ferias y encuentros de edición independiente, de la que estos tres proyectos serían solamente un ejemplo. Es cierto, también, que cada vez son más las iniciativas que intentan sumarse a este circuito, incluso cuando se trata de instituciones que por lo general no se habían preocupado por este otro tipo de discurso artístico y cultural, que era generalmente asociado a sus márgenes y, por tanto, definido como tal.

En relación con esto, otro aspecto a tener en cuenta tendría que ver con el valor que cobran estos festivales y encuentros de edición independiente, al haber sido allí donde se ha ido generando un lugar más adecuado de recepción para una serie de prácticas cuya independencia y singularidad estética complicaba no poco su tratamiento y clasificación. Pero esto, no porque se estuviera ante una serie de nuevos procedimientos, sino porque lo que entonces era visto como una forma de contestación o de contracultura estaba pasando a recibirse como una circunstancia natural de creación.

Eso explicaría la proliferación de este tipo de eventos, así como el auge de una serie de prácticas con las que también se habría empezado a cuestionar esa visión estandarizada de la cultura; además en un momento sociocultural claramente abierto y receptivo a ello.

Al fin y al cabo, no se trata sino de una alternativa o, en esencia, una elección, que no ocurre sólo por necesidad, como normalmente se ha repetido. Tanto la escritura de fanzines como la autoedición o la edición independiente siguen siendo un medio idóneo para la expresión de una forma diferente de entender la creación, por mucho que hoy hayan cambiado tanto las formas como las estrategias de gestión.

Lo importante, en definitiva, es discriminar lo que esto tiene de tendencia y de fenómeno sociológico. Pues lo que importa ahora no es la legitimación de estas prácticas, sino el grado de credibilidad de las mismas.


Web del proyecto: http://fueradecobertura.net




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